Radia ha diseñado su enorme WindRunner con el propósito de transportar palas de turbina a sitios remotos por aire, marcando un hito en la logística de energía eólica.
El proyecto, de concretarse en lo logístico y económico, podría dar como resultado el nuevo avión más grande del mundo por volumen.
Mark Lundstrom, ingeniero aeroespacial y fundador de Radia en 2016, busca expandir la escala y la viabilidad económica de la industria eólica terrestre. La compañía subraya la necesidad de palas de turbina de hasta 105 metros de largo, similares a las de instalaciones offshore y 20 metros más largas que las actuales en tierra. Radia destaca que torres más altas y palas más largas aumentan la producción de energía y reducen los costos hasta en un 30%, triplicando el área terrestre económicamente viable para la energía eólica en Estados Unidos. Este escenario, denominado GigaWind, prevé la construcción de más de un millón de estas turbinas para 2050.
WindRunner de Radia sería el más grande del mundo
El principal desafío reside en el transporte de estas palas de gran tamaño desde los sitios de fabricación a los parques eólicos terrestres. Actualmente, el movimiento por carretera es extremadamente difícil y costoso, siendo una limitación significativa para la industria. Radia llevó a cabo un análisis exhaustivo de soluciones de transporte, concluyendo que la única viable era construir un avión capaz de aterrizar y despegar de pistas de tierra semi-preparadas adyacentes a los parques eólicos.
Características del WindRunner
El WindRunner se perfila como el avión más grande del mundo por volumen de carga y longitud de fuselaje. Sus características clave incluyen:
- Dimensiones: Una longitud de 356 pies (aproximadamente 108.5 metros) y una envergadura de 261 pies (aproximadamente 79.5 metros).
- Capacidad de Carga: Su bahía de carga de 272,000 pies cúbicos (aproximadamente 7,702 metros cúbicos) es casi seis veces mayor que la del Antonov An-225.
- Volumen de Palas: Puede transportar tres palas de 80 metros, dos de 95 metros, o una pala de 105 metros.
- Requisitos de Pista: Capaz de operar en pistas sin pavimentar de 6,000 pies (aproximadamente 1,829 metros).
- Maniobrabilidad: A pesar de su tamaño, Radia asegura que el WindRunner puede operar en aeropuertos existentes. La envergadura se ha limitado intencionalmente, y el ancho mínimo de giro es comparable al de un Boeing 747.
- Construcción: El diseño se basa en la incorporación de componentes y técnicas de fabricación aeroespaciales ya certificadas. Radia ha establecido alianzas con la división de aeroestructuras de Leonardo en Italia para el fuselaje y con la compañía española Aernnova para el ala y los pilones de los motores. El tipo de motor, con cuatro grandes turbofanes, aún no se ha revelado.
Potencial y futuro
Además del transporte de palas de turbina, el WindRunner posee un claro potencial para otras cargas pesadas y de gran tamaño. Su sección transversal de apertura de la nariz es de 10 m x 10 m, superior a la de aeronaves como el Boeing 747-400F, y con una carga útil de 72 toneladas. Su capacidad para aterrizar en pistas de tierra lo diferencia de cualquier otro avión de carga comercial en servicio.
Adicional a las actuales limitaciones de los cargueros en servicio y la destrucción del Antonov An-225 junto con la ahora limitada operación de los Antonov An-124, presenta al mercado la oportunidad de desarrollar una nueva aeronave que cubra el espacio de las «mega cargas especiales» actuales y futuras que se pueda desarrollar.
La compañía proyecta que el WindRunner estará volando y entregando palas para finales de la década, con certificación según la FAA Parte 25. Este proyecto busca reducir significativamente las emisiones de CO2 y el costo de la energía hasta en un 30%.