De todos los aeropuertos de Latinoamérica, Baltra y Quito los más ecológicos por su reducción de la huella de carbono, Guayaquil también va por buen camino.
En noviembre de 2018 buenas noticias llegaron para dos de los más importantes aeropuertos ecuatorianos, Baltra y Quito han alcanzado nuevos niveles de certificación dentro de sus esfuerzos de reducir sus huella de carbono.
Aeropuerto de Baltra
Conocido como «Aeropuerto ecológico de Baltra» operado bajo concesión por Ecogal, se convirtió a inicios de noviembre en el primer aeropuerto de toda Latinoamérica en alcanzar el máximo nivel de reducción de huella de carbono o Nivel IV – Neutral.
Se lo cataloga también como el primer aeropuerto ecológico del mundo por haber usado por primera vez métodos únicos de construcción que garantiza un menor impacto ecológico en un ecosistema tan delicado como lo son las Islas Galápagos.
Esta reciente acreditación quiere decir que el aeropuerto redujo sus emisiones de carbono directas remanentes mediante la compensación implementando varias mejoras enfocadas en la reducción del impacto ambiental y uso sostenible de los recursos.
¿Cómo lograron esta acreditación?
Para lograr este nivel de acreditación, un aeropuerto debe:
- Cumplir todos los requisitos de las acreditaciones de ‘Mapeo’, ‘Reducción’ y ‘Optimización’
- Compensar sus emisiones de carbono restantes de Alcance 1 y 2 (Protocolo de GEI) para demostrar su compromiso de lograr operaciones neutras en carbono para todas las emisiones directas e indirectas sobre las que el aeropuerto tiene control, utilizando compensaciones reconocidas internacionalmente.
La neutralidad de carbono se produce cuando las emisiones netas de dióxido de carbono durante todo un año son cero (es decir, el aeropuerto absorbe la misma cantidad de dióxido de carbono que produce). Por ejemplo, un aeropuerto podría pagar por una instalación de energía eólica que reemplaza una central eléctrica de carbón.
Aeropuerto de Quito
En el caso del Aeropuerto Internacional Marisca Sucre, este se convirtió en el segundo aeropuerto de toda latinoamérica en alcanzar el Nivel III – Optimización, después de Baltra.
¿Cómo lograron esta acreditación?
Para lograrlo, el aeropuerto mejoró procedimiento de operación de las aeronaves, reemplazo paulatino de luminarias convencionales hacia tecnología LED, empleo de menor cantidad de envolturas en procesos de carga de exportación, aprovechamiento de materiales reciclables, operación de plantas de tratamiento de aguas residuales, entre otros.
- Cumplir todos los requisitos de ‘Mapeo’ y ‘Reducción’
- Ampliar el alcance de su huella de carbono para incluir una gama de emisiones de Alcance 3. (Protocolo GHG). Las emisiones de alcance 3 que deben medirse incluyen:
- Emisiones del ciclo de aterrizaje y despegue.
- Acceso de superficie al aeropuerto para pasajeros y personal.
- Emisiones de viajes de negocios del personal
- Cualquier otra emisión de Alcance 3 que el aeropuerto decida incluir.
- Presentación de evidencia de compromiso con operadores externos para reducir las emisiones de carbono en aeropuertos más amplios.
Aeropuerto de Guayaquil
Mientras tanto, el Aeropuerto José Joaquín de Olmedo este año también avanzó en su proceso de reducción de la huella de carbono, llegando al Nivel II – Reducción.
¿Cómo lograron esta acreditación?
- Cumplir con todos los requisitos de ‘Mapping’.
- Proporcionar evidencia de procedimientos efectivos de gestión de carbono, incluido el establecimiento de objetivos.
- Mostrar que se ha producido una reducción en la huella de carbono al analizar los datos de emisiones de carbono de años consecutivos.
Una vez que un aeropuerto ha medido su huella de carbono, puede trabajar para reducir sus emisiones de carbono. Este proceso se conoce como gestión de carbono e implica una amplia gama de medidas.