Conversamos en exclusiva con Peter Cerdá, VP de IATA para las Américas sobre la situación actual de la aviación en Ecuador ante la pérdida de rutas y aerolíneas.
En un escenario global y regional que presenta constantes desafíos para la industria aérea, Ecuador ha enfrentado su propia cuota de turbulencias. A pesar de la salida de algunas aerolíneas y el pesimismo que a veces acompaña estas noticias, la realidad es más matizada. Para entender el verdadero pulso de la conectividad aérea en el país, conversamos con Peter Cerdá, Regional VP de IATA para las Américas, quien nos ofreció una visión equilibrada y optimista sobre el futuro del sector en Ecuador.
Arajet nos deja en noviembre, Wingo se fue hace meses, JetBlue dejó de volar a Quito, Aeroméxico aún no regresa y otras más como Spirit que dejó de volar a Guayaquil y si bien cada una han sido diferentes casos, la conectividad y opciones en el país está a la baja.
Baja la conectividad en Ecuador, pero no todo es tan malo
Cerdá comenzó enfatizando que, a pesar de las adversidades, Ecuador «ha hecho sus deberes durante los últimos cinco años». Esto se traduce en un país que se ha enfocado en el turismo, ha buscado crear más conectividad y se ha vuelto más competitivo y abierto. Reconoció el impacto negativo de ciertos «temas» (refiriéndose a la situación socioeconómica), pero destacó la prioridad que el actual gobierno otorga al turismo y al transporte en su agenda. «El sector está muy relacionado con el Ministerio de Turismo. Estamos trabajando juntos, trabajamos muy de cerca con los dos operadores de los aeropuertos,» señaló, subrayando la colaboración.
La salida de aerolíneas como Spirit y JetBlue ha generado preocupación, pero Cerdá desglosó las razones detrás de estas decisiones, y no todas apuntan directamente al destino Ecuador. Mencionó la problemática global de falta de aeronaves debido a retrasos en la entrega de fabricantes como Boeing y Airbus, así como problemas con motores específicos que han dejado aviones fuera de servicio. «La combinación socioeconómica del país y el tema del sector ha contribuido un poco» a la situación, explicó.
A la pregunta de qué se puede hacer para motivar a las aerolíneas una vez superada la crisis, Cerdá fue claro: «seguir el mismo camino.» Las políticas y la agenda del gobierno para «promover el país y seguir incentivando a la industria para volver» están bien encaminadas. Resaltó un punto a menudo subestimado: «Hay más visibilidad cuando perdemos una línea internacional y no nos damos cuenta que realmente perdemos algo, pero estamos ganando en otra área.»
Se refirió al fortalecimiento de la oferta de aerolíneas como LATAM y Avianca, que han estado aumentando sus frecuencias. Además, destacó el importante papel de las compañías basadas en Ecuador, que están enfocándose en la conectividad doméstica e internacional. «Siempre es un poco de orgullo tener muchas compañías internacionales, pero lo importante es tener la conectividad,» afirmó, enfatizando que lo crucial es «tener una amplia red del país a otras partes de la región,» tanto interregional como a Norteamérica y Europa.
Costo aeroportuario: Un factor, pero no el determinante único
Un punto recurrente de preocupación en Ecuador ha sido el alto costo de las tasas aeroportuarias. Cerdá no negó su impacto, pero matizó su rol: «No creo que sea la razón determinante… por lo menos en estos momentos.» En su análisis, las aerolíneas que salieron del mercado no lo hicieron «tanto por el factor costo aeropuerto», sino por la competencia en esos mercados y la oportunidad de desplegar sus aeronaves en destinos con mayor rentabilidad y mejor utilización, especialmente en un contexto de escasez global de aviones. Un vuelo de 5 o 6 horas desde Ecuador significa que el avión está inactivo la mitad del día para esa ruta, mientras que domésticamente podría realizar tres o cuatro vuelos, generando mayor eficiencia y rentabilidad.
La resiliencia del mercado ecuatoriano es clave. Cerdá subrayó que el tráfico aéreo no ha sufrido una caída importante, lo que significa que los pasajeros que antes volaban con aerolíneas que se fueron, simplemente han migrado a otras opciones. «Cuando una compañía se va y la ruta que servían se queda el riesgo en que se queda abandonada. Pero en los casos que hemos visto no se ha quedado, ha habido otra línea que ha entrado a servir en ese mercado.» Esto se ha visto en la ruta a Fort Lauderdale (cubierta por Avianca hacia Miami desde octubre) y en el incremento de vuelos a Miami por parte de LATAM y el inicio de rutas a Nueva York.
En resumen, Peter Cerdá pintó un cuadro de un sector aéreo ecuatoriano que, a pesar de los baches, «va por buen camino.» Cuenta con buenos aeropuertos y operadores, sólida conectividad regional, hacia Estados Unidos y Europa. La carga aérea sigue en aumento, y el sector turístico está creciendo. «Es un mercado atractivo,» concluyó, pidiendo «un poco de paciencia» mientras los factores adversos se van corrigiendo.
¿Qué opinas sobre la visión de Peter Cerdá acerca de la aviación en Ecuador? ¿Has sentido que la conectividad se ha mantenido a pesar de los cambios?